El último paso antes de desplegar el sistema biométrico es probarlo y validar sus resultados. Hay dos escenarios posibles. En el primero hay que recoger nuevos datos, mientras que en el segundo los investigadores emplean los mismos datos procesados durante la fase de desarrollo. El primer escenario se da cuando, por ejemplo, se traen nuevos sujetos específicamente para probar el sistema. En este caso, el responsable del tratamiento necesita realizar los pasos ya mencionados en relación con la fase de preparación. En el segundo escenario, los investigadores tienen que considerar si esta prueba adicional estaba comprendida entre los fines iniciales (para más información, véase “Limitación de la finalidad” en la parte II, sección “Principios”). En efecto, “probar el sistema” configura un tratamiento diferente al de “desarrollar el sistema” y, por lo tanto, podría requerir una base jurídica distinta, especialmente cuando ambos tratamientos requieren conjuntos de datos diferentes. En estos casos, los investigadores no deben suponer que, puesto que han cumplido con las obligaciones relacionadas con el desarrollo del sistema, cumplen automáticamente con las relacionadas con las pruebas. Es importante que consideren este paso con un enfoque crítico y tengan como objetivo prioritario minimizar los riesgos para los derechos y libertades de los interesados.